El corazón de la Biblia ¿Cuál es?
Si nos preguntamos de que trata la Biblia ¿cual sería la respuesta? "La Biblia trata de las acciones misericordiosas de Dios para salvar al hombre de los efectos del pecado y establecerlo en su reino en la nueva creación" (Moore Theological College)
El tema de todas las Escrituras es el plan de Dios para salvar al hombre del pecado y sus consecuencias, trayéndolo a su dominio, al reino. Esta salvación es obra total de Dios, y todo su ser está implicado, aunque podemos notar que existe una administración en la Trinidad con respecto al rescate del hombre, vemos las siguientes funciones en Dios: Dios Padre escoge, Dios hijo redime, y el Espíritu Santo aplica la redención. En esta gran obra de salvación vemos algo que podemos considerar el centro de la Biblia, lo expplico a continuación.
La gran cuestión de las Escrituras
Para poder entender mejor la salvación, y todo su desarrollo histórico en las Escrituras es necesario que nos adentremos hasta el mismo corazón del asunto, para desde ahí, tener una comprensión más elevada de todos los eventos que encontramos desde la creación del universo hasta el fin de mundo y la restauración de las cosas con la futura nueva creación.
Entonces ¿cuál es el corazón de todo esto?
Las Sagradas Escrituras nos revelan que somos culpables por haber violado la ley de Dios, y esto es consecuencia, no sólo de nuestra identificación con Adán, sino también que nuestro pecado individual nos hace culpables, y nuestra culpa trae consigo la condenación de Dios ¿Y por qué la condenación de Dios? El problema para nosotros se ve claramente en el carácter de Dios; las Escrituras dejan bien claro que Dios es diferente a toda su creación y que está apartado de todo mal moral, o sea, Él es Santo, y que a su vez, nos dice que Él es perfectamente Justo, lo que significa que siempre hace lo que es correcto, es decir, castigar al culpable y absolver al inocente (Éxodo 23:6-7; Proverbios 17:15; etc...). Sin embargo, la Biblia nos dice que Dios se ha propuesto salvar un pueblo absolviéndolos de su culpa y liberándolos de la esclavitud de su pecado; esta intención salvadora es la que impulsa la historia de Israel hasta el Nuevo Testamento. Pero esto presenta un problema tremendo, que nos lleva al centro mismo de las Escrituras:
¿Como puede Dios alcanzar tal propósito si somos verdadera y sustancialmente culpables ante los ojos de Dios? ¿Acaso su intención de salvarnos se ve frustrada por su compromiso inquebrantable de Juzgar con rectitud al culpable? O por decir de otra forma ¿Acaso su compromiso de Juzgar con rectitud se ve rebajado por su intensión de salvarnos?
¿Como puede ser Dios Juez justo que no pasa por alto el castigo del pecado nunca, y a la vez querer salvar a pecadores culpables pasando por alto sus pacados? Acaso esto no es una contradición ¿Como Dios hace para declarar justo a quien no lo es sin que esto haga que el sea un Juez corrupto e injusto? Es decir ¿Como Dios justifica al impío? La respuesta está en el Evangelio:
El evangelio de Jesucristo es el que nos dice como es posible que un pecador como nosotros pueda ser declarado justo, y como a la vez, la justicia de Dios se ve probada o manifestada a todos y no transigida o eliminada (Romanos 3:25-26)
En palabras de G. C. Berkouwer, "en la cruz de Cristo la justicia y el amor de Dios se revelan simultáneamente" Calvino, haciendo eco a Agustín, fue más allá todavía, escribió acerca de Dios de que "de un modo maravilloso y divino nos amó aun cuando nos odiaba". La verdad es que ambos aspectos son más que simultáneos, son idénticos, o por lo menos expresiones alternativas de la misma realidad. Porque "la ira de Dios es el amor de Dios", escribió Brunner en una audaz frase, "en la forma en que lo experimenta el ser humano que se ha alejado de Dios y se ha vuelto en contra de Dios"
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